Como todos sabemos, los alimentos requieren mucho cuidado durante su almacenamiento y transporte, a diferencia de otro tipo de productos. Si no se han almacenado o transportado correctamente, su calidad disminuirá e incluso puede estropearse. Si la distancia recorrida es grande, se debe tener cuidado.
Alimentos como la carne, las verduras, la leche y las frutas son algunos ejemplos de perecederos que no mantienen su calidad durante mucho tiempo, incluso en refrigeración. Esto se debe a que los microorganismos eliminan los nutrientes que necesitan del agua de los alimentos, lo que hace que se pudran.
Ciertos factores, como las temperaturas inadecuadas, el contacto con la luz, el oxígeno, la humedad y las bacterias pueden estropear los alimentos rápidamente. Por tanto, es necesario que las condiciones de transporte sean favorables, para que se conserve la comida.

¿Qué problemas puede haber?

La falta de planificación es lo que causa la mayoría de los problemas en el transporte y almacenamiento de alimentos. El equipo responsable debe estar calificado, así como el mantenimiento debe realizarse adecuadamente.

¿Qué cuidados se debe tener?

Almacenamiento correcto

La manipulación de productos perecederos debe realizarse con mucho cuidado. El mínimo contacto con impurezas puede perjudicar la calidad de los productos. Además, es recomendable almacenar los alimentos en lugares adecuados para ellos. Este es el caso de las cajas alimentarias blancas, ideales para transportar y almacenar alimentos, garantizando la máxima higiene. Son resistentes al frío y al calor, así como a los ácidos y álcalis.



; Las estanterías también son importantes para almacenar alimentos. Deben ser higiénicos y fáciles de limpiar, y pueden ser de aluminio o acero inoxidable. Los estantes de acero inoxidable son higiénicos, anticorrosión y destinados al envasado de alimentos y productos refrigerados. Se pueden utilizar en el comercio, en la industria alimentaria o en la agricultura. Además, son especialmente adecuados para cámaras frigoríficas.


  Elimina la interferencia externa

Durante el transporte, la carretilla no debe abrirse. Así, la mercancía no sufre injerencias externas, manteniendo su integridad. Si el camión se abre por cualquier motivo, habrá diferencias de temperatura, debido al intercambio de calor, que pondrán en peligro la calidad de los alimentos.